sábado, 1 de septiembre de 2012
La Jefa 4
Maribel pasó un fin de semana complicado. La noche de la inauguración de la tienda de lencería había tenido ese encuentro tan intenso con Noelia y a partir de ahí su marido Alberto estaba con la mosca detrás de la oreja pero no sabía muy bien por qué. Llegaron a la casa y le hizo el amor como nunca. Fue tierno y amoroso como siempre, pero hubo momentos en que se convirtió en una bestia salvaje casi haciéndole daño. Lo curioso es que en esos momentos en que su marido la follaba como una bestia, le habían gustado. Había descubierto que ese tipo de sexo violento, sacaba de ella una fuerza, pero al mismo tiempo una sumisión que hasta ahora era desconocida. También se dio cuenta que en esos momentos de salvajismo, su pensamiento se fue hacia Noelia; la imaginó sentada cómodamente en un sofá mirando la escena con Alberto, disfrutando y hasta dirigiéndole para que fuera más severo. Luego la imaginó curando las heridas que le había hecho Alberto, la imaginó besándola y haciéndole el amor tiernamente. Y fue en ese momento que despertó, respirando fuerte, sudada y toda agitada. Miró a su lado y vio a Alberto dormido, ha sido un sueño –pensó.
Alberto, que llevaba una media hora con los ojos cerrados oyéndola gemir y viéndola retorcerse, puso su mano sobre su pierna, una vez la vio despierta.
-Llevas un buen rato gimiendo y moviéndote, ¿Qué soñabas?
-Nada, o bueno…soñaba con un monstruo persiguiéndome pero cuando el monstruo me atrapó, le cambió la cara, eras tu y me hiciste el amor como un salvaje.
-Dime la verdad, yo nunca te he hecho el amor así. Tú eres mi mujer, y así sólo se trata a las putas.
-Te digo la verdad, eras tu…si no me crees lo siento.
-¿Qué te pasa Maribel? Nunca me habías hablado de esa manera…
Le pegó una bofetada en plena cara.
-¿Así te trataba el supuesto monstruo con el que soñaste?
-Alberto, ¿Cómo te atreves? Nunca me habías pegado
-Y tú nunca me habías mentido, Hay una primera vez para todo.
-No te he mentido, es lo que he soñado…
Maribel se levantó de la cama enfadada, dolida y asombrada que la pelea con Alberto lo que había logrado era excitarla. Se fue al baño a darse una ducha y cuando se quitó la ropa vio que sus pezones estaban a reventar y se sintió más húmeda de la cuenta en la entrepierna. –No puede ser que me sienta así, esto es de locos! Y su mano recorrió el camino de su pecho a su coño y al notarse empapada cerró los ojos y una oleada de placer la recorrió de arriba abajo.
En el momento que se disponía a masturbarse, apareció ella en su mente…la culpable de todo, la Señora Noelia Artiach…Nunca había estado con una mujer, nunca había jugado al juego de la dominación, pero desde que esa mujer se apareció en la puerta de su tienda, todo había cambiado…No podía hacer otra cosa que pensar en ella y excitarse. –Quita la mano de ese coño y no te masturbes, guárdate para mi….el lunes te haré gozar, perra… Imaginó a Noelia diciéndole esas palabras y por poco muere de placer… ¿Lo haría? Ni siquiera estaba segura de que Noelia estuviese interesada en ella.
Alberto entró al baño y con la cabeza baja y los ojos tristes, le pidió perdón.
–No debí haberte pegado Mari, pero no sé qué me pasa desde que conocí a esa mujer anoche me he puesto muy inquieto. Cancela la cita con ella el lunes, no quiero que la veas.
-No puedo hacer eso Alberto, mi tienda es nueva, y no puedo espantar así a los clientes y esa Señora tiene una agencia de modelos, puede ser una buena clienta y puede traerme buenos negocios. Además, tampoco quiero ceder a tu inseguridad o paranoia… No le eches la culpa a ella de tu exabrupto…
-Esa mujer te ha cambiado, eres otra. Antes no me hubieses hablado así.
-Antes tú no me hubieses pegado.
Lo que no notó Alberto en los ojos de Maribel, fue el desprecio que había comenzado a sentir. Ese golpe la había despertado del mal sueño que era su matrimonio…En apariencia perfecto, pero que realmente a ella no la satisfacía en nada. Su marido era un amante desastroso por lo egoísta y machista…pero le daba la impresión que su insatisfacción estaba a punto de acabar.
***
Ernesto estaba desesperado, no quería seguir bajo las órdenes de Noelia y había dado un paso definitivo y contundente en ese sentido. Sólo esperaba que la zorrita estuviese cansada de los desplantes de Noelia y quiera vengarse tanto como el. Sino, estaría muy jodido. Ya no recordaba cuanto tiempo hacía desde que había visto a Noelia por primera vez; estaba con Teresa en una cafetería tomando algo. Noelia le atrajo instantáneamente, era bella y distante con un aire de superioridad que en una chica de 25 años resultaba excitante y divertido. Teresa por el contrario era una chica normal, buena, casi parecía una santa. Era linda, realmente preciosa, con una belleza casi infantil. Como nota curiosa, se notaba de lejos el dominio que tenía Noelia sobre Teresa.
La segunda parecía el perrito fiel de la primera, en los ojos se le notaba la admiración, el amor y…el deseo. Le resultó bastante interesante darse cuenta de que Noelia y Teresa eran pareja o al menos compañeras de juegos, ya que dudaba que Noelia estuviese enamorada de nadie…era muy suya para permitirse esas debilidades. En fin, que a Ernesto Martínez le encantaba Noelia y pensaba tirársela. Se acercó a la mesa de las niñas, como las comenzó a llamar, y con un despliegue de todo su encanto natural consiguió sentarse en la mesa y acaparar la atención de Noelia.
-Hola, Mi nombre es Ernesto y no he podido evitar observarlas, son muy bellas y me gustaría que me acompañaran a tomar algo.
-Pues no…
Noelia le apretó la mano a Teresa para que se callara.
-Nosotras encantadas, será un placer.
Se levantaron y se fueron a la mesa de Ernesto; el las trató como dos princesas y hablaron de muchísimos temas, de actualidad, política, deportes, música. Ernesto estaba gratamente sorprendido de lo inteligentes que eran las dos, siendo tan jóvenes y con pinta de no necesitar estudiar porque todo lo habían tenido y lo que no, lo podrían conseguir con su belleza. Cuando estaban más a gusto en la conversación, Noelia comenzó a mostrar aún más interés si se puede en Ernesto.
-¿Cuéntame Ernesto, tienes familia?
-No, soy un solteron empedernido…o será que aún no ha llegado la que me cace…sonrió divertido.
-Será eso, contestó Noelia, porque buena planta tienes y se te nota un chico de posibles, además de ser inteligente.
-Viniendo de una mujer tan bella, esas palabras son halagadoras.
-Si, y dime, ¿En qué trabajas?
-Soy ingeniero civil, me dedico a construir complejos hoteleros y algún chalet para algún multi millonario odioso.
-Pues has de estar pasando un mal momento ahora, la construcción está comenzando a estar muy mal.
-No te niego que son tiempos difíciles Noelia, pero afortunadamente tengo contactos importantes que me mantienen ocupado todo el año.
Justamente ese era el detalle que quería tener claro Noelia para saber que Ernesto Martínez era la persona que estaba buscando. Pidió permiso para levantarse al baño y aprovechó para hacer la llamada que pondría todo en marcha. –ring, ring, ring…al tercer timbre, contestaron un teléfono que estaba apenas a 10 metros de donde estaban ellas sentadas.
-¿Has tomado fotos?
-Si Noelia, he tomado fotos, ¿Es nuestro sujeto?
-Si…ahora necesito que te conviertas en su sombra Marcos, y esta vez no me falles porque te mato, no sin antes torturarte como te mereces. Demasiado dinero he gastado en ese curso intensivo de fotografía profesional que te empeñaste en tomar y en el otro de investigación privada. A ver si los rentabilizamos de una puñetera vez, comienza a moverte.
-Si Noe, esto será muy fácil.
Noelia volvió a la mesa y Ernesto y Teresa estaban enfrascados en una discusión moral, sobre la eutanasia… -De verdad que Teresa no aprende…ni siquiera porque estoy encima de ella…eutanasia! Esta niña saca unos temas que hacen llorar a una piedra.
-Bueno chicos, lamento aguarles la fiesta pero nos tenemos que ir, dijo Noelia visiblemente aburrida.
-Es una pena contestó Ernesto, el debate con Teresa está muy interesante.
-Bueno, podríamos continuar otro día, Teresa ¿porque no le das tu número de móvil a Alberto?
-Si claro, dijo Teresa totalmente ajena a los planes de Noelia.
Una vez intercambiados los teléfonos, se despidieron con la promesa de repetir la merienda otro día.
-Caray, siempre te antojas de irnos cuando yo me estoy divirtiendo…no es justo Noe!
-Si claro, divirtiéndote…a mi no me lo pareció…diversión y eutanasia no pueden ir en una misma frase y que sea bueno… Y si yo siempre me antojo de irnos cuando tu te estás divirtiendo, es porque tu nunca te acuerdas de cuáles son nuestros planes, ni por qué le permití a ese idiota que se nos acercara, que se te acercara…
-No sé de qué hablas, si a el se le notaba que se le caía la baba por ti. Sólo estaba siendo cortés y educado conmigo porque se dio cuenta de que estamos muy unidas y como hombre inteligente…decidió ir a por mi, para tener mi aprobación primero.
-Que no te enteras Tere, que ni ese atontao ni ningún hombre tendrá oportunidad conmigo. No me interesan. En cambio tú estarías encantada de seguir conversando con ese muermo,
¿O me equivoco?
-Pues si, te equivocas de plano. Sabes que soy tuya y que no quiero pertenecer a nadie más que a ti…
-Que hartera eh! Que porque folles conmigo no quiere decir que seas lesbiana…que te he dicho miles de veces que vayas y te folles cuanto coño te apetezca a ver si es verdad que lo eres, pero no me haces caso y nada más vives pendiente a mi…
-Y tu sin embargo te follas todo lo que tenga faldas, que no creas que no me doy cuenta de las miradas que me echan algunas.
-Te miran porque saben que tú eres mi niña, y que por mucho que ellas me follen jamás podrán ocupar tu lugar.
Sólo bastaron esas palabras para que Teresa se pusiera toda tierna y cachonda a la vez y deseara que Noelia le hiciera el amor. Noelia que aunque quería mucho a Teresa, también quería convertirla en su esclava, le daba todo el sexo que la niña deseaba y como ella lo deseaba. Ya casi estaba llegando el momento en el que Noelia cobrara todos los orgasmos que le había provocado a Teresa, y el momento en que Teresa tendría que elegir entre una vida normal y otra de sumisión y entrega. La pieza que faltaba para completar el puzzle ya había aparecido…ahora sólo era cuestión de organizar bien todo y voilà! Teresa tendría un esposo “respetable” y ella tendría una esclava fiel además de al “esposo” agarrado por los huevos.
Ese pensamiento la puso como una moto y con esa misma fuerza cogió a Teresa de los pelos y la atrajo hacia si y comenzó a comerle la boca con ansia y deseo. Recorrió todo su cuerpo con su lengua caliente mientras la “monja” como la llamaba Noelia, perdía todo recato y se convertía en una perra en celo hambrienta de sexo. Noelia que hasta el momento sólo le había comido el coño a Teresa pero le había dejado el himen intacto…pensó que ya era hora de desvirgarla antes de que ese muermo con el que pretendía casarla lo hiciera. Sacó de su armario un arnés con una polla enorme. Se lo puso mientras miraba divertida como a Teresa se le iban abriendo más los ojos con la sorpresa. Se sentó en el borde de la cama…
-Ven, nunca has visto una polla de verdad en directo y esto es lo más que se le parece. La he sacado porque quiero enseñarte como atender una polla en condiciones; lo vas a necesitar…ven y chúpala con la misma intensidad que me chupas a mi el coño.
-Eso no me cabe en la boca, entero…
-Ya verás como si te cabe, eso déjamelo a mí. Ahora arrodíllate y chupa
Teresa se arrodilló y con avidez comenzó a chupar la “polla” de Noelia mientras esta se quedaba extasiada mirándola.
Cuando vio que se estaba cansando, la cambió de posición. La acostó en la cama boca arriba y comenzó a besar y lamerle todo el cuerpo, sabía que esto le gustaba mucho a ella…Mordisqueó sus pezones, jugueteó con ellos, bajaba a su cintura, subía a su pecho, mientras con una mano dibujaba círculos alrededor de su clítoris. Cuando su respiración se hizo más fuerte, el coño le comenzó a brillar empapado de jugos, la mandó a que se pusiera a cuatro patas sobre la cama.
-Ponte a cuatro patas
-¿Para qué?
-Tú ponte y no preguntes
Se puso a cuatro patas y Noelia se le arrodilló detrás poniéndole la “`polla” de manera que le rozara el coño pero no la penetrara mientras ella se movía despacito. Teresa se iba calentando más y más, ya hasta la piel le brillaba del sudor, estaba caliente y estaba casi en el punto de no poder más. Pero Noelia quería que tuviera el mejor orgasmo hasta el momento y le escupió el agujerito del culo y con dos dedos comenzó a masajearlo. Entre jadeos Teresa preguntó que qué hacía a lo que Noelia contestó, que darle placer. Teresa estaba tan excitada que ya no le importaba nada, sólo quería seguir sintiendo todo ese placer y llegar al orgasmo. Noelia siguió masajeándole el agujerito del culo en círculos y cuando vio que ya no podía más, le metió la polla en el coño de golpe y comenzó a bombearla como una bestia. Al principio el dolor fue inmenso pero dos segundos más tarde se convirtió en un profundo placer que la llevó al orgasmo más intenso desde que había comenzado a hacer el amor con Noelia. Además para su sorpresa, el masaje en el culo le había gustado mucho y la había excitado aún más. Noelia era una experta.... Se corrieron las dos al unísono y Noelia encharcó la cama…Cómo le gustaba hacer disfrutar a Teresa…pero lo que más le gustaba era el saber que dentro de poco, su generosidad se vería altamente recompensada.
Estaban acostadas una al lado de la otra compartiendo el cigarrito de después cuando sonó el móvil de Noelia, era Marcos.
-Que rapidez, me sorprendes
-Llámalo suerte…El sujeto se reunió en otro bar con dos pájaros que yo conozco muy bien y sé en qué están metidos. Hice un par de llamadas y me contaron todo. Es hora de que pongas en marcha la segunda parte del plan. Te dejo que ya salen…
Si todo seguía como hasta ahora…en muy poco tiempo tendría que comprar un vestido de novia y otro de madrina…Se nos casa Teresa.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Había salido el capítulo 4 y yo sin saberlo!!!
ResponderEliminarBueno, bueno. Esperando el 5 me quedo.
Mil gracias por el rato.
D. Azu