martes, 12 de julio de 2011

Relatos.......

En este caso, un relato aportado por lau{FN_JF}:

Título: El castigo.

Un viernes cualquiera…
Sólo sabía que iríamos a Irlanda pero mi Señor no me dijo el motivo. Mi actitud, en estos momentos, es más sumisa que nunca. Hace tan sólo unos días caí en la tentación, me dejé llevar y desobedecí una orden: me masturbé sin permiso. Aún no he cumplido mi castigo y soy consciente de que puede llegar en cualquier momento.
Fue subir al avión y cambiar su forma de actuar. Me hablaba como si no hubiese pasado nada. Mayor fue mi asombro cuando dijo, “quiero que disfrutes este fin de semana y lo vivas al máximo”. ¡¡Qué impredecible!!

Llegamos al destino y cogemos un taxi. Notamos que el taxista no nos quita ojo por el retrovisor. Estoy acostumbrada a que mi collar de cuero acapare las extrañas miradas de la gente. Mi Señor paga y bajamos.
- Éste será nuestro hotel. ¿Te gusta?
- Es precioso mi Amo.
Entramos, Él por delante y yo siguiéndole con las maletas en las manos. Él se identifica y nos indican donde está nuestra habitación. Es todo precioso, por dentro está todo decorado al estilo medieval. No falta el más mínimo detalle.
La habitación es muy grande. Tiene una cama de matrimonio espectacular, un bonito escritorio con su silla… Aún con la boca abierta mi Dueño me saca de mi estado con Su voz firme: “Desnúdate y ven aquí, de rodillas”. Obedezco al instante.
- Este fin de semana será especial. Un amigo Dominante nos ha invitado a la ceremonia de esclavitud de él y su sumisa. Será excepcional, algo parecido a una boda BDSM. Mañana será el acto principal. Y tú estarás estupenda. Más que nunca tienes que estar pendiente de todos los detalles. De mí y mis necesidades. Si en algún momento sientes que no puedes sólo tienes que recordar que si yo te digo que hagas algo es porque estás capacitada. ¿Confías en mí perrita?
- Sí Amo.
Mi Dueño sonríe y, a continuación, se levanta, yo me quedo quieta, no he recibido orden alguna para moverme. Siento la venda acariciar mi cara y tapar mi visión por completo. Mis sentidos se ven aumentados al máximo. Escucho cómo mi Señor abre la puerta. Me pongo alerta al instante, ¿se va? ¿Me dejará sola? Oigo que vuelve dentro, y, además, se oye el sonido de unos tacones.
- Perrita, ¿recuerdas que tenemos un castigo pendiente?
- Sí mi Amo. – Respondo con un hilo de voz.
- Te presento a la Señora Sara. Ella se encargará de propiciarte tu castigo. ¿Estás preparada?
- Sí mi Amo.
Mi Dueño me acaricia la cabeza y yo saco fuerzas para afrontar el duro momento que me espera. Seguidamente escucho unos pasos alejarse, se abre la puerta… para después volverse a cerrar. ¿Se ha ido? ¿Me ha dejado sola con esta Señora? ¿Y si no puedo? Ella no me conoce… ¿Si me pasa algo?
De repente siento un tirón en mis pezones, que me hace retorcerme de dolor y alejarme de mis pensamientos. Se mueve rápidamente, primero me ata a la cama, yo me siento insegura. Y empieza una dura sesión de spanking. La Señora Sara no dice nada. Voy contando mentalmente los azotes, 40 con la mano, 20 con un gato, otros 20 con un material duro, una pala supongo. Pica, escuece, duele, estoy agotada, siento que no puedo más, cuando escucho un silbido característico que reconozco al instante, es una vara. Comienzan a caer los varazos en mi culo, hasta un total de 30.
Siento caricias por todo el cuerpo. Un intenso foco de luz impacta sobre mis ojos, y ahí está, mi Amo. Con una sonrisa de oreja a oreja. Me hace levantarme y saca un gran rollo de film. Me momifica y, después, me tumba sobre la cama. La Señora Sara ya no está. Mi Amo acaricia todo mi cuerpo, mientras me habla. “El castigo ha terminado. Lo has hecho muy bien, me encantó ver como aguantaste. Ahora podrás disfrutar de verdad del maravilloso fin de semana que nos espera. No hay deudas y yo estoy orgulloso de ti”. Yo no podía hablar, pero mi sonrisa lo decía todo. Mi Señor siguió tocándome, y, al final, me permitió tener un orgasmo. Fue muy especial, no como cualquier otro orgasmo, en este se pudo percibir cómo con él me liberaba de toda la tensión de estos días.
El viernes dormimos tranquilos. Después pasamos todo el sábado de un lugar a otro, junto con la Señora Sara y otros amigos de mi Dueño. Pude hablar mucho con la Señora y desde ese día siento un cariño especial por Ella. El sábado culminó con la tan esperada ceremonia, en la que la Señora Sara y mi Dueño sólo tenían buenas palabras para definirme ante el resto. El domingo, mucha pena de tener que regresar y la promesa de volver a vernos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Esperamos leer vuestros comentarios, sugerencias y como no vuestras aportaciones...... gracias!!!

Vincent Stephens

a lápiz.....

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Kovacq-Beautes Dociles

Photobucket