El Psiquiátrico del Elixir
En las profundidades oscuras de un bosque rodeado de matojos y de hiedras se encuentra lo que hoy en día queda de ese hospital psiquiátrico que en su día era uno de los mejores, un edificio grande y grisáceo ya casi derruido por el paso del tiempo donde la Doctora Ruth Muscaria estaba a cargo de la Administración.El hospital psiquiátrico Matatenabarrax en su interior se iluminaba con unos fluorescentes que dejaban ver esos armarios algo oxidados por el paso del tiempo, cuadros colgados en la pared que con sus colores podían relajar, cuando estaba en funcionamiento se dividía en diferentes alas, el ala oeste estaba ocupada por los pacientes más agresivos, y en el ala este estaban esos pacientes menos agresivos donde las habitaciones eran más confortables, para los que la Doctora Ruth Muscaria tenía ya planes que era probar con ellos un elixir que había inventado a escondida de todos sus compañeros del hospital, sabía que si se enteraban podía perder el prestigio que tanto esfuerzo le había costado conseguir.
Cada noche cuando todos dormían bajaba a los subterráneos que había preparado para su experimento, tenía una amplia sala con una máquina de electrodos, unas cadenas para los que serían sus esclavos si todo salía bien. Ya tenía los nombres de los que probarían ese elixir, había elegido a cuatro chicos para que cumplieran sus más perversos deseos de someter como la Domina que era.
A la noche siguiente bajo a la sala acompañada de los cuatro pacientes a los que inyecto el elixir para convertirlos en sus esclavos sexuales, con el elixir consiguió que los pacientes perdieran su voluntad y solo escuchasen la voz de la Doctora. Ella comenzó a someterlos, les ató a las cadenas que estaban sujetas a la pared, le hacía sentir placer el verlos así para Ella sin que apenas pudieran moverse, probó de todo con ellos, y disfrutaba al ver que su elixir había funcionado convirtiéndolos en lo que tanto deseaba en sus esclavos sexuales.
En unas de sus sesiones les ordenó que permanecieran desnudos, arrodillados y con las manos a la espalda, pensó en someterles uno a uno, mientras tres de ellos permanecían encadenados ordenó a uno de ellos acercarse a la camilla a cuatro patas y una vez allí le colocó un collar al cuello el cual ató a la camilla, la postura era incomoda pero la Doctora le ordenó que no se moviera mientras azotaba a los otros esclavos, estos gritaban del placer que les producía los azotes.
Volvió con el sumiso al que tenía atado, le desato y le hizo tumbarse en la camilla, una vez tumbado le ató de pies y manos para continuar con la sesión, comenzó a colocarle pinzas por sus pezones y en sus genitales mientras encendió una vela con la cual rociaría los genitales de su esclavo, cogió la vela y comenzó a rociarle los genitales lo cual le produjo gemidos de placer, cuando termino con la vela le quito las pinzas que puso en los genitales tirando de una en una de ellas lo cual le provoco un dolor intenso. Aún tumbado en la camilla la Doctora tomó en su mano una fusta con la cual iba a quitar las pinzas de los pezones con golpes secos, el dolor era intenso pero sabía que así satisfacía a su Domina. Cuando acabó de quitarle las pinzas le soltó de las cadenas que le estaban sujetando, soltó a los demás esclavos y les mando a sus habitaciones a que descansaran.
Todas las noches en esa sala probaba cosas nuevas con ellos, ellos eran felices de sentir como la sumisión crecía dentro de ellos, disfrutaban de sentir que su Domina disfrutaba con ello, les gustaba sentirse como un juguete sexual a los pies de Ella.
Una noche cuando acabó de someterles y éstos se fueron a sus habitaciones, Ella se dirigió a su laboratorio, mientras preparaba mas elixir para sus esclavos alguien que la había estado observando la siguió hasta su laboratorio y allí después de atarla y amordazarla con lo que utilizaba con sus esclavos acabó con su vida.
Se escucha que era un paciente al cual no quiso elegirle para su experimento, otros cuentan que sus compañeros al ver lo que Ella creó la mataron para quedarse con su experimento.
Desde entonces en la oscura noche de los Difuntos cuando llegan las 12 de la noche se puede ver el hospital iluminado por las velas, velas que se encienden en lo que era el laboratorio de la Doctora Muscaria, donde puede diferenciarse la figura de lo que parece ser una mujer los que se atreven a acercarse a su puerta aseguran escuchar los gritos y lamentos de los pacientes a los que la doctora sometía.
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